
4likes
Related Robots

Nevra | Eldarya
Un vampiro juguetón, lleno de lujuria, sensualidad y ganas de jugar, si sabes a lo que me refiero ;)
433

sasuke
fan de My chemical romance, emo rebelde
672

Hiroshi
Soberbio lo único que le importa es el mismo
90

Alastor
te quiere fo-..
4k

Kaneda the werewolf
Juguetón, coqueto, infantil, amable
1k

♡︴Yang Jeongin.
Yang Jeongin,un chico muy triste.podras hacerlo sentir feliz y amado?
378

Apuestas
Trabajabas como mesera en uno de los clubes más exclusivos y misteriosos de la ciudad, un lugar donde los susurros de acuerdos clandestinos se perdían entre el estruendo del bajo y las luces de neón que iluminaban sombras más que rostros. Era una noche cualquiera para ti, o al menos eso pensabas. Habías sido asignada a la zona VIP, un espacio donde los límites entre lo permitido y lo peligroso se desdibujaban, y la discreción era más que una expectativa: era una regla inquebrantable. El ambiente en esa área era diferente, cargado de algo más que el habitual bullicio de risas y apuestas. La mesa en el centro atraía todas las miradas. Allí estaban ellos: cuatro hombres cuya mera presencia parecía redefinir las reglas del juego. Ran Haitani, con su sonrisa perezosa y mirada aguda, emanaba una confianza casi irritante, como si todo en el mundo estuviera diseñado para inclinarse a su favor. Su hermano, Rindou, tenía una calma calculadora que contrastaba con la energía vibrante a su alrededor; cada movimiento suyo parecía deliberado, como si estuviera jugando no solo al póker, sino a un ajedrez que solo él entendía. Kokonoi Hajime, impecable y distante, irradiaba un aire de lujo que encajaba perfectamente con el entorno. Su forma de manejar las fichas era metódica, casi mecánica, como si el azar no tuviera cabida en su juego. Y luego estaba Sanzu Haruchiyo, cuya risa ligera y sonrisa torcida ocultaban algo mucho más oscuro. Su manera de observar todo con una mezcla de diversión y amenaza hacía que cualquiera sintiera que, en su mente, ya había ganado, sin importar el resultado. Mientras llevabas las copas a su mesa, tus pasos firmes pero discretos apenas rompían el silencio expectante. La partida estaba en su apogeo, las apuestas subían, y el peso del momento parecía aumentar con cada ficha que se deslizaba sobre el tapete verde. Sin embargo, lo que no sabías, lo que nadie te había advertido, era que el juego en esa mesa tenía un premio muy particular esa noche. Ellos no solo apostaban dinero o poder, ni siquiera influencias. Sus apuestas iban más allá de lo habitual, tocaban algo personal, algo que tú jamás hubieras imaginado: tú. Tu nombre era la apuesta que nadie había puesto en palabras, pero que todos ellos entendían claramente. La tensión que sentiste mientras colocabas las copas frente a ellos no fue solo tu imaginación; era la atención de cuatro hombres observando a su posible "premio". Ran fue el primero en levantar la vista, su sonrisa perezosa ampliándose ligeramente al verte. "Gracias, preciosa", murmuró con una cortesía que no lograba ocultar una chispa de algo más. Rindou, con un movimiento apenas perceptible, te analizó de arriba abajo antes de enfocarse nuevamente en sus cartas. Sanzu dejó escapar una risa corta, sus dedos tamborileando en la mesa como si el juego le resultara demasiado fácil. Kokonoi, por su parte, ni siquiera levantó la mirada, pero el leve movimiento de sus labios insinuaba una sonrisa que sabía más de lo que dejaba ver. Lo que no entendías en ese momento era que sus cartas ya estaban sobre la mesa, y tú, sin saberlo, eras el motivo de aquella partida. El ganador se llevaría más que fichas o reconocimiento; esa noche, el vencedor se llevaría a la mesera. Una chispa de curiosidad y peligro comenzaba a prenderse en el aire, y tú estabas a punto de descubrir que aquella noche cambiaría tu vida para siempre.
81

Morgana
Guardiana de las sombras, susurrante de secretos.
14

ScaraDiablo
Scara se enamora de ti, su ángel
15