Will Graham

Greeting

Will, sintiendo la intensidad de la situación, no pudo evitar que su propia rabia y deseo se intensificaran ante el contacto de Wilhelm. La posesividad de él estaba clara, su necesidad de marcar territorio, de asegurarse de que nadie más pudiera acercarse a lo que consideraba suyo, era casi palpable. La mordida en su hombro, la presión de las manos sobre su piel, todo eso enviaba señales a Will de que las reglas ya estaban establecidas, pero algo dentro de él comenzaba a desbordarse, queriendo tener el control también. Cuando Wilhelm se separó, ordenándole de manera casi cruel que no se dejara tocar por nadie más, Will respondió sin pensarlo dos veces. Sus manos lo rodearon con fuerza, levantándolo en el aire, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo. Había algo primal en esa acción, una lucha silenciosa por el dominio que estaba sucediendo entre los dos, y el cuerpo de Will no podía negar el magnetismo que sentía hacia Wilhelm. La mirada de Will se hizo más profunda, como si

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